El suelo es el pilar que soporta y sustenta a las plantas y microorganismos que conviven con ellas, proporcionando el agua, el aire y los nutrientes requeridos para su correcto desarrollo. Por ello es importante acondicionarlo adecuadamente teniendo en cuenta tanto sus propiedades físico-químicas como biológicas.
Desde COFEPASA queremos ayudarte al máximo acondicionando el suelo de tu futura cosecha y preparándolo para que de sus mejores frutos. Es lo que nos ha motivado al desarrollo de nuestro producto: EFIMAG. Un fertilizante muy efectivo para preparar el terreno, con contenido en magnesio y con aporte adicional de azufre.
Parte del magnesio aportado es directamente asimilable y otra es de lenta liberación. Este nutriente es el núcleo central de la molécula de la clorofila, siendo esencial para una de las funciones biológicas vitales de las plantas, la fotosíntesis. A través de la cual, las plantas utilizan la energía lumínica para la fijación del carbono atmosférico y formación de proteínas, enzimas, azúcares, etc.
El magnesio es esencial aportarlo en terrenos calcáreos y conjuntamente cuando se fertilice con potasio por su antagonismo con esos nutrientes (calcio y potasio). Un aporte adecuado de magnesio garantiza un mayor rendimiento.
Otra característica del EFIMAG es su compatibilidad y complementariedad con otros productos, como es el caso de los purines. Los purines tienen alto contenido en uno de los iones indeseados para la agricultura y los suelos, el sodio (Na+). Un exceso de este ión provoca un deterioro en las propiedades físico-químicas del suelo, afectando a su estructura y permeabilidad, así como perjudicando directamente al rendimiento del cultivo.
Con un aporte conjunto del EFIMAG se contrarrestan los efectos negativos de los purines, mejorando el intercambio catiónico de la solución del suelo al sustituirse los iones Na+ por Mg2+ y Ca2+, favoreciendo la estructura del suelo (un suelo más poroso y transpirable) y la absorción de otros nutrientes como el potasio (K) y fósforo (P), importantes para el desarrollo del cultivo y sinérgicos entre sí.
La primera especie que cultivó el hombre hace más de 10 mil años fueron los cereales. Existe una gran variedad y se caracterizan por su estructura morfológica constituida por un tronco con estructura de caña que porta las hojas, acabando en su extremo en la inflorescencia (espiga o panícula) que proporciona unos granos o semillas que se utilizan, como aprovechamiento principal de la planta, ya sea para alimentación humana como animal.
En el cultivo de cereales de invierno se engloba a un gran número de especies pertenecientes a la familia de las gramíneas, entre los que destacamos: trigo, cebada, centeno, triticale y avena.
El crecimiento y desarrollo vegetativo de este cultivo tienen lugar a finales de invierno e inicios de primavera (febrero o abril), variando si el cultivo es de secano o regadío. Encontrándose ahora en la etapa fenológica de encañado-espigado.
Etapa: Encañado. El desarrollo de esta etapa comienza cuando aparece una pequeña protuberancia (elevación) que circunda al eje principal en la parte subterránea. Dicha protuberancia será el primer nudo aéreo y el que marque la Hoja Bandera.
Justo después que este primer nudo aparezca en la superficie, las plantas tienden a un crecimiento vertical en lugar de angulado por la aparición de los siguientes nudos. La etapa de encañado finaliza cuando el último nudo en la parte superior de la planta, que corresponde al primero que apareció en el suelo, da lugar a la espiga a través de la hoja bandera mencionada anteriormente.
Etapa: Espigado. La espiga empieza a aparecer a través de la vaina de la hoja bandera. Cuando la espiga se encuentra completa en el extremo del tallo, se considera que ha terminado esta etapa dando paso a la etapa final de maduración.
La absorción de nutrientes de los cereales es intensa a partir del ahijamiento, a lo largo del encañado, hasta la aparición de la espiga. Siendo en ésta última etapa donde tiene lugar su máxima actividad fisiológica y por consiguiente una transpiración y extracción de agua y nutrientes que llegan a su máximo. Por todo ello, debemos garantizar que dichos nutrientes estén disponibles en estas etapas.
Dependiendo del abonado de fondo que se haya realizado en presiembra o el abonado que se haya realizado por fertirrigación, en COFEPASA te ofrecemos una amplia gama de productos para garantizar la disponibilidad de los nutrientes necesarios en estas etapas críticas del cultivo y obtener el máximo rendimiento del mismo.
Entre los productos destacamos:
Cobertera:
NOVOFERT N24
NOVOFERT LIQ N26(6)
NOVOFERT LIQ N20 (12)
Fertirrigación:
NOVOFERT LIQ 7-12-5
NOVOFERT LIQ 5-10-8
Para otras fórmulas o equilibrios químicos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros https://cofepasa.com porque aunque nuestra misión no es otra que la de cuidar y mejorar nuestra tierra y sus cultivos, el camino para conseguirlo es ayudarte con tu cultivo en todo lo posible y hacértelo más fácil. Gracias por leer nuestro artículo.
La Alfalfa es una planta herbácea perenne con pequeñas flores púrpura que crecen en racimo. Es originaria de Asia y se adapta muy bien a climas fríos y calurosos. Esta planta se usa tanto en medicina o como producto alimentario.
En la última década han surgido diferentes tendencias en la alimentación, entre las que ha destacado la preocupación por comer de manera cada vez más natural y saludable. Como resultado, numerosos productos y alimentos con estas características han aumentado sus cifras de ventas más del 100%. Entre ellos, se encuentran el aguacate, la quinoa o los frutos rojos. Estos últimos han comenzado en nuestra dieta hace relativamente poco tiempo, debido al desconocimiento de sus propiedades beneficiosas. Actualmente, son numerosos los productos que los incluyen entre sus ingredientes y los clientes que los demandan. (más…)
Uno de los cambios más significantes de las últimas décadas es que la tecnología ha avanzado mayúsculamente, en todos los sectores y a muchos niveles. Esto ha mejorado la calidad de vida de las personas y, en nuestro sector, la agricultura, el rendimiento de los cultivos.
Si tuviésemos que destacar un cultivo que ha crecido de manera destacada en los últimos años, hablamos sin duda alguna del pistacho.
Hace muy poco tiempo, en 2008, apenas se contabilizaban hectáreas de este cultivo, y apenas 10 años más tarde, en 2018 y según encuestas publicadas, este fruto abarca casi 45000 hectáreas de terreno por sí mismo. El mayor crecimiento lo ha sido además en los 3 o 4 últimos lustros.
El pistacho es el fruto resultante de un árbol heliófilo, por lo que requiere una plantación en lugares soleados. Esta condición es básica para que dicha plantación sea sana y productiva, y por tanto más resistente al posible ataque de plagas y enfermedades. A pesar de no haber sido un fruto, como indicamos, muy relevante en nuestro país, en la última década ha aumentado de forma exponencial.
Entre otros factores responsables de este crecimiento, consideramos las mejores condiciones climáticas, y a su cada vez mayor demanda sin abastecer incluso, lo que lo posiciona como un producto de alta rentabilidad. Hay otros motivos que analizamos con más detalle en este artículo.
Fácil adaptación al terreno
El pistacho es un cultivo con fácil adaptación al medio. Aunque tradicionalmente se producía en secano, se vio que tenía un proceso de maduración más lento al no recibir la suficiente cantidad de agua. Aun así, daba sus frutos, sanos y de calidad. En cambio, en terrenos en el que el drenaje del suelo es mejor, en zonas determinadas zonas de regadío, su crecimiento y desarrollo es más rápido, comenzando a dar sus frutos a partir del cuarto año. Eso sí, es importante en esta segunda opción de cultivo controlar y evitar esa humedad relativa, puesto que no tolera los encharcamientos.
Buena adaptación al clima
El pistachero es muy resistente a la sequía al estar acostumbrado a climas templados. Su adaptación es muy buena en general en gran parte de España, ya que resiste extremas temperaturas, tanto de calor (hasta 50º), como de frío (-30º). Eso sí, en su temporada de mayor maduración, que comprende los meses de junio, julio y agosto, demanda un ambiente cálido y seco para estar sano y, durante el invierno, requiere de frío, siendo además resistente a los vientos secos e incluso más fuertes, condiciones ambientales muy comunes en nuestro territorio.
Una vez pasadas ambas temporadas más extremas, de invierno con frío y viento, y verano con altas temperaturas y clima seco, en abril o mayo, tiene su época de flor.
Excelente rentabilidad
Como indicábamos al inicio, si algo ha disparado este tipo de cultivo en nuestro país es la altísima demanda que ha tenido en los últimos años. Si a esta demanda añadimos que se trata de un producto con costes de producción por debajo bajo de la media en otro tipo de cultivos, y que suele tener un buen rendimiento, según la zona, aunque a medio/largo plazo, nos encontramos ante un producto altamente rentable para la agricultura.
En zonas de regadío, el rendimiento medio de este cultivo es de 2.000kg por hectárea, en fase plena de maduración que abarca desde el octavo año hasta el final de su vida productiva. Considerando el precio de venta medio en los últimos diez años de entre 4,5 y 8,8 euros por kilogramo de producto seco y pelado, los ingresos del pistacho en dicha zona de regadío pueden ser desde unos 9.200 euros por hectárea y año. En secano, el rendimiento es algo menor como apuntábamos antes, unos 1000-1500 kg por hectárea, pero aún así, sigue siendo un producto muy rentable.
En cualquiera de los casos, sus costes de producción son bajos, y aunque sus beneficios al inicio sean mínimos, por este motivo se pueden comenzar a obtener beneficios en los primeros años de producción (tercer y cuarto año de plantación).
Que nuestra alimentación va a cambiar en el futuro es una cuestión en la que solemos coincidir casi todos. Los avances científicos y tecnológicos, los cambios de estilo de vida, los cambios culturales y los nuevos modelos familiares, la globalización en general, y por supuesto el cambio climático, nos llevan a modificar nuestros hábitos cotidianos, más pronto que tarde, entre los que por supuesto se encuentra nuestra alimentación.
¿Y cuales serán esos cultivos más predominantes en el futuro más inmediato? Aún siendo complejo pronosticar su desarrollo, hay algunas cuestiones que ya se están dejando entrever y queremos compartir en este artículo con todos vosotros.
Cultivos de moda, cultivos rentables y “nuevos” cultivos.
Encontrar plantaciones de almendros, caquis o pistachos es un tesoro hoy en día. Podríamos decir que se trata de tres cultivos de moda. Algunos otros como los frutos rojos (como grosellas, arándanos o frambuesas), las nueces, el brócoli, o el maíz dulce, ofrecen al productor un precio mucho más rentable que el de otros cultivos más tradicionales, y por tanto menos sujetos a los vaivenes de la competencia, y por este motivo podríamos considerarlos también en auge.
Otro cultivo a este nivel es la stevia, un edulcorante natural que sin duda es una buena opción para personas que no pueden tomar azúcar. En algunas comarcas, ya se está considerando como una alternativa al cultivo del tabaco.
Hablando de rentabilidad, según un Informe del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España, el aguacate y el mango, son productos muy bien valorados en este sentido.
En el futuro se nos plantearán retos como el de satisfacer este incremento de la demanda de alimentos sin contribuir más al cambio climático, dañar la biodiversidad y destruir ecosistemas. Ante este escenario, una de las posibles soluciones sería el cultivo de alimentos «olvidados». Muchos de estos se producen a nivel local, por lo que disminuirá la dependencia a otros productos de importación y la contaminación que esto provoca. Además, muchos de estos cultivos podrían superar situaciones climáticas extremas que puedan surgir en un futuro, por el potencial propio de cada zona, por tanto, son una opción increíblemente adecuada. Algunos de ellos, serían por ejemplo el tef o la moringa.
El cultivo de plantas aromáticas y medicinales, aunque a un ritmo aún lento, está poco a poco extendiéndose por España y Aragón. Se trata sin duda de una alternativa muy buena en un futuro próximo, muy viable junto a los cereales, y sobre todo, una opción que puede convivir perfectamente en terrenos próximos a este tipo de plantaciones al ser completamente compatibles, por lo que muchos agricultores están cada vez más planteándose su mayor implantación en la zona. Sería clave un mayor apoyo por parte de la administración ya que no reciben de momento ninguna ayuda ni subvención, y su inversión inicial no es barata, oscilando entre los 1.500 y 2.500 por hectárea, dependiendo de si son plantaciones de regadío o secano, así como del tipo de semillas elegidas.
¿Sabías que China y España son los países que más hectáreas de invernaderos tienen a nivel mundial? Los más comunes son los de cultivo hortofrutícula, ya que al poder controlar las condiciones el rendimiento es mucho mayor. Desde un punto de vista industrial y económico, los invernaderos son el tipo de cultivo que mayor rentabilidad presenta para el mercado, lo que explica la gran inversión en innovación tecnológica de los últimos años. ¿Quieres saber más? Te lo contamos a continuación.
Desde que la moda, muy positiva por cierto, de la comida saludable se ha implantado en la sociedad, el consumo de frutos secos se ha incrementado notablemente. Hace unos años se creía que estos alimentos estaban llenos de grasas y calorías, y aunque esto sea verdad, lo cierto es que las grasas que contienen son muy beneficiosas para el conocido colesterol malo, están llenas de Vitamina E y aportan energía.
Cuando pasa el mes de marzo, las viñas se ponen a llorar. Sí, pero no de tristeza. Sino, todo lo contrario. ¡¡Lo hacen de alegría!! Las cepas son seres vivos sensibles y cuando son conscientes de que su letargo invernal ha llegado a su fin por la entrada de la primavera o el verano, vuelven a su actividad vegetativa. (más…)
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