CULTIVO DE COLZA
La colza pertenece a la familia de las brassicaceae y es la tercera oleaginosa de importancia mundial, después de la palma y la soja. Es una de las especies herbáceas cuyo objetivo principal es la extracción de aceite de sus semillas, pudiendo alcanzar el 39% de aceite. El aceite de colza es una de las materia primas utilizada en la producción de biocarburantes (biodiesel) y también es utilizado para el consumo humano.
Es fundamentalmente un cultivo de invierno, aunque en el norte de España se puede sembrar en primavera. El sistema radicular de la colza extrae nutrientes de niveles a los que no llegan los cereales y mejora la estructura del suelo al realizar en el terreno una labor de subsolado. Puede ser cultivada en casi cualquier tipo de suelo con pH entre 5,5 a 8.
Al igual que en los cereales de invierno, el número de granos/Ha es el componente que mejor explica el rendimiento del cultivo. El periodo crítico que determina el número de granos va desde la floración hasta el llenado del grano, similar al cultivo de la soja. Para controlar dicho periodo crítico a distintas condiciones ambientales, se debe tener en cuenta la elección del ciclo del cultivar (ciclo largo o corto) y el momento de siembra.
Un aspecto clave es el riesgo de heladas tempranas hasta el estado de roseta avanzada. Temperaturas muy frías durante las primeras etapas pueden comprometer la densidad y el rendimiento. Otro factor que afecta al rendimiento del cultivo es el estrés hídrico sobre todo en el estado de roseta. Los excesos hídricos también determinan pérdidas ya que este cultivo no tolera anegamientos en etapas tempranas después de la emergencia.
El Plan de fertilización hay que realizarlo teniendo en cuenta los siguientes objetivos: Las plantas deben llegar a la parada invernal con el mayor desarrollo posible. El periodo de entallado a floración es el de mayor consumo de nutrientes, por ello durante este periodo debe estar asegurado el suministro de nutrientes a la planta, por lo que no se debe retrasar el abonado de cobertera.
Además de ser un cultivo exigente en los nutrientes principales (N, P2O5 y K2O), requiere grandes cantidades de azufre elemento esencial para la formación de la coenzima necesaria para la formación de los componentes del aceite, así como también es necesario el aporte del micronutriente boro que influye en la calidad de la floración y de su fertilidad.