CULTIVOS FORRAJEROS
Los cultivos forrajeros suministrados en verde, secos o procesados (heno, ensilaje, rastrojo, etc.), son una parte importante de la alimentación animal, además de incrementar la fertilidad del suelo, mejorar su estructura y protegerlo frente a la erosión, entre otros aspectos.
Dentro del cultivo forrajero se encuentran plantas herbáceas gramíneas (cereal de invierno, maíz forrajero, etc.) o leguminosas forrajeras (alfalfa y veza entre otros). Las gramíneas aportan fibra (celulosa y polisacáridos), almidón o azúcares simples, cubriendo las necesidades energéticas de los animales, mientras que las leguminosas contienen proteína bruta y minerales.
Dentro de este cultivo vamos a destacar: Praderas y Alfalfa.
Praderas, es un cultivo polifito aprovechado por pastoreo o siega. Dependiendo de la orientación productiva de la explotación, las necesidades de nitrógeno de este cultivo variarán influyendo de forma significativa en el equilibrio gramínea-leguminosa. Dosis elevadas de nitrógeno favorecerán el crecimiento de la gramínea, utilizada para ensilar, pudiendo ser insignificante la presencia de leguminosas.
Las necesidades nutricionales de nitrógeno dependerán de la presencia más o menos importante de leguminosas, mientras que las necesidades de fósforo y potasio dependerán de su contenido en el suelo. Un análisis de suelo cada 4-5 años es fundamental para desarrollar un adecuado Plan de Fertilización y en caso que fuese necesario, poderlo modificar.
