Uno de los cambios más significantes de las últimas décadas es que la tecnología ha avanzado mayúsculamente, en todos los sectores y a muchos niveles. Esto ha mejorado la calidad de vida de las personas y, en nuestro sector, la agricultura, el rendimiento de los cultivos.
Cada día se desarrollan nuevos aparatos y sistemas con el objetivo de facilitar el trabajo del agricultor, ya que estos pueden detectar, en parte, las necesidades de nuestro cultivo. Sin embargo, este es solo uno de los muchos ejemplos en los que la tecnología nos puede ayudar. ¿Quieres conocer más? Continúa leyendo:
Agricultura Vertical
Actualmente es uno de los sistemas que más se desean implementar. Este tipo de agricultura produce alimentos dentro de altos edificios que cuentan con diversas plantas, llegando incluso a ser considerados rascacielos. Tienen como objetivo ser un ejemplo de sostenibilidad: evitando la emisión de sustancias contaminantes y ahorrando espacio y agua.
Aunque será difícil superar el gran peso con el que cuenta la agricultura tradicionalmente conocida, la vertical se está extendiendo cada vez más.
El primer cultivo producido mediante agricultura vertical tuvo lugar en Holanda. A partir de 900 metros cuadrados, el espacio de cultivo se multiplicó exponencialmente hasta los 3.000 metros cuadrados. Es decir, este sistema aumenta exitosamente el rendimiento del espacio y sus beneficios. Otra ventaja que ofrece es la reducción de costes, ya que estos edificios pueden situarse dentro de la ciudad, cerca de los consumidores, y no en las afueras como los extensos campos de cultivo. Esto hace el precio del producto más barato.
Agricultura de precisión
¿Imaginas que pequeños sensores y dispositivos registrasen toda la información sobre tu cultivo? Pues no lo tienes que imaginar, ¡Existen! Estos han sido desarrollados por la última tecnología de vanguardia y, tras acumular todos los datos, los suben a «la nube» y son analizados para conocer cómo mejorar la eficiencia del cultivo. La información recogida sobre los cultivos puede analizar diferentes factores y elementos tales como la temperatura, la humedad, la presión, el estado de la planta, la velocidad del viento, etc., haciéndonos saber qué zonas precisan más riego o fertilizante, así como conocer el mejor momento para sembrar, regar, fertilizar o cosechar.
Drones
Desde que los drones aparecieron por primera vez, constantemente se han descubierto nuevos usos para hacer nuestra vida diaria más fácil. Comenzando como un simple entretenimiento, se han transformado en «el repartidor de pedidos a domicilio». Sin embargo, también se pueden aplicar a la agricultura.
Los drones permiten obtener imágenes sobre el estado del cultivo, detectando a tiempo la necesidad de combatir plagas y los puntos exactos en los que aplicar insecticidas o fumigadores, entre otros beneficios.
Lo que hace unos años creíamos imposible, hoy es un hecho. Por ello, no podemos ni imaginar las facilidades que se sumarán a la agricultura gracias a la tecnología. El futuro está cada vez más cerca y la sostenibilidad y el alto rendimiento podrán coexistir en nuestro sector. ¡Estaremos preparados!